jueves, 6 de marzo de 2008

20 años sin un grande


Hace 20 años en Mar del Plata (mi ciudad) caía al vacío desde su piso en un edificio Maral de Playa Grande el gran actor y humorísta, "El Negro" Alberto Olmedo. Fue un tipo que supo hacer reir a todo un país con su picardía e improvisación. Yo tengo 23 años ahora, y en 1988 todavía no lo conocía al Negro. Algunos años más tarde me volví un fanático aguerrido de este grande de la comedia nacional argentina. Hoy hace 20 años que se apagaba una luz que ayudo a los argentinos a pasar esos horribles años de la dictadura con humor y buena onda, dentro de todo. Por eso sin más preambulos, he aquí mi pequeño homenaje a ese cómico que cada vez que esta en la tele mis viejos me llaman no importa donde este para avisarme que hay una pelí o un progroma de él en algún canal. Para vos Negro...



A Olmedo

Hace 20 años moría la alegría,
caída en desgracia desde un balcón,
y es que recordamos con cariño y admiración,
a ese personaje que nos hizo reir,
a esa persona que decían tenía un gran corazón,
es hoy que recuerdo a ese cómico argentino tan querido,
es hoy que este fanático recuerda:
al Negro Alberto Olmedo,
que sigue sonriendo para el futuro,
aunque su vida hace 20 años abruptamente,
como este poema,
terminó.


¡NUNCA TE VAMOS A OLVIDAR!

4 comentarios:

Gris dijo...

Te felicito por el homenaje, es un inolvidable...De paso gracias por visitar rayuela. Cariños


Gris

Juan Miguel Idiazabal dijo...

De nada Gris, la verdad es que más que unas cuantas páginas en varias revistas, tendríamos que haberle hecho flor de fiesta al Negro...

Se merece un día, le ponemos un feriado...

Anónimo dijo...

Existen seres que jamás dejarán de existir, calan tan hondo en los corazones de las personas, que resulta imposible aquello.
Me parece maravilloso que un ser humano, haciendo lo que le gusta en la vida, logre estar presente en el corazón de generaciones... De seguro era un gran hombre, como lo era como artista.
Se extraña a quienes no están, pero sólo porque no están físicamente, ya que nuestra añoranza, hace que su presencia sea constante y su ausencia imposible.

Bello homenaje.

Un abrazo.

Juan Miguel Idiazabal dijo...

Ojala el Negro no hubiese dejado de existir... era el mejor...