Los mapas me rodean lentamente,
me sofocan los
vocablos en portugués
que llegan entre
canciones en español
e inglés, como el
té
que chorrea la
pava rota sobre
la mesada
rebosante de vida de hormiguero.
La batucada que
palmeo
junto a los lennon
cercanos
me recuerdan que
este trabajo
esta changa, medio
mal paga, que parece
no tener fin,
me está haciendo
doler la cabeza,
la batucada de mis
auriculares sube la intensidad,
se va a dormir y
la realidad
me golpea con una
de hard metal fines,
Nitghwish me
recuerda que no tengo un ángel
que me cuide de
estas explotaciones laborales.
Un comodín saco de
mi manga
el pantalón se
apresura a escapar
por la derivada de
la tangente;
ahí viene la jefa
a mentirme otra vez,
cobro y huyo
detrás
de mis pantalones
inteligentes:
-¡Vuelvan! -grito
yo.
-¡Ni en pedo, quédate
vegetando y con dolor vos. A nosotros no nos cagan más! -Replican ellos.
Me detengo en
seco,
los miro huir en
dirección de mi casa,
como las palomas,
siempre vuelven
al closet del amo.
Camino y me olvido
de mi desventura,
mando todo a la
mierda y me voy
silbando a la
playa.
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