sábado, 24 de septiembre de 2011

¡Dame con tu supervisor!



Láudano corre por mis venas,
cada vez que llamas por la febril línea
vomitas tus ordenes cual Hitler,
exiges la rendición incondicional de mis cuentas
pides por el antídoto del supervisor...

...

...te vas con el amargo sabor de saber:
YO tenía razón...





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