sábado, 15 de marzo de 2008

Compartiendo el dolor

Hace unos días fallecio el padre de un amigo, y yo lo cuento a él como más que un amigo, como un "hermano" y bueno, espero Mariano, que no te ofenda esto... Esto nacio Dotor Pendón, en homenaje a vos y a tu viejo, Ricardo. Ya sabes por cualquier cosa, ¡LLAMA! aunque estemos lejos...

Que poco podemos hacer,
cuando la vida se nos esfuma
..........................................de las manos.
Que poco parece importar,
......................................la vida, hermano.
Y como duele el recordar,
.......................................esos momentos felices.
Como se lo que es esto,
comparto tu dolor, Mariano,
y espero que cada día
.................................estes un poco mejor.
Que recuerdes a tu viejo
y sonrias,
..........como seguro el hacía,
.........cuando te veía.
(Si necesitas una mano, hermano,
no dudes en pedirla
.............................aquí estare esperando,
por si necesitas ayuda para quitarte
....................................................ese sabor amargo).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo decir que los seres amados jamás se marchan, quedan y viven por siempre
en nuestros corazones. Les mantenemos vivos en el recuerdo, les hace
inmortales nuestro amor.

Un fortísimo abrazo.

EmPapeLada dijo...

De eso hablabas en tu blog en inglés, la verdad, no quisiera ni imaginar si mi padre me deja un día...no podría...

Cuídate, saludos.