En el siguiente poema me intenté poner en la pollera de la mamá de Araceli y de los miles de padres y madres cuyos
hijos desaparecen a diario en Argentina y el mundo. Esto lo leí en la
Prosa Mutante nº 40 y lo escribí ayer jueves 10 de octubre a la tardecita, que Araceli seguía
sin aparecer, una pena el lamentable final de su historia, todavía se nota que cuando las papas queman los inocentes mueren.
Hora 0
Se
cierne una tormenta en mi corazón
albatros
carroñeros en los cables de luz
felicidad
transmutada en temor
vida
truncada bajo la estricta vigilancia del
perro
muerto
en
la seccional me dijeron que tengo que
ir
al hospital
ella
desapareció
la
denuncia no me la quieren tomar
el
mate les quema las almas
el
infierno es frío
luminoso
en
comparación.
Hora 6
Vida
muerte
salones
atestados
pobres apestados que suspiran
su ultima voluntad.
Mi
mundo sigue su declive,
maratón
a contra reloj,
nadie
la vio
busco
en los clasificados
que
me escupen su incertidumbre,
las
células de su vida viajan
buscan
preguntan
-nada-
Nudos
en el estómago
corazón
cabeza
alma
la
desesperación mueve, tierra
el
cielo muta
pero
no se le cae un milagro.
El
agente me dice que siga buscando,
pizza
champán marchas funestas
corro
desesperada
ella
sigue sin aparecer.
Hora 12
Exploto,
ya
no sé en quién confiar,
lloro
desconsolada
no
me deprimo
siempre hay un rayo de luz
una esperanza/ciega
duermo
intranquila
me
asaltan pesadillas
el
barrio tampoco descansa
sabuesos
cazando una presa hundida
gritos
silencio
Hora 23
Siguen
sin reconocer mi reclamo
salió
el sol en todos lados
menos
en mi calle
llueve,
con relámpagos y truenos,
el
arco iris se retrotrae.
Todos
se enferman
mi
llanto desesperado no es “la” noticia,
si
lo son los comentarios boludos
de
la campaña
todos
quieren gobernar pero en otro momento,
solidaridad
política
mis
quejas siguen pisoteadas bajo el barro y la inmundicia.
Hora 36
Doy
vueltas en la vereda,
siguen
sin ayudarme en la seccional,
dicen
que las 1º 48 horas son cruciales en un secuestro, pero como tan sólo no
aparece nadie se mueve,
excepto
los chicos
las amigas
la familia
los conocidos
estamos
inmersos en un baile honorífico,
como
miles de argentinos
argentinas
necesito
48 horas
el
inventario de la Jelinek
es más noticia que mi niña.
La
lenta máquina chirría,
la
sangre del piso del matadero,
los
albatros juegan muy bien sus fichas,
espina
psicodélica
María
es penetrada por el Espíritu Santo una y otra vez,
el
llanto se vuelve música de fondo
el
grunge de la vida normal
torna
en black metal
para
niñas empastilladas de sufrimiento.
Hora 48:01
Arañas
anidan en mis ojos, inyectados de sangre,
el
llanto torno gris mis días
no
reconozco mi ronca voz,
tomo
coraje,
arremeto
contra el mostrador una última vez,
ella
ya no es mía,
una
sombra la engulló
hace
48 horas que nadie me
nos
oye,
me
piensan loca,
más
estoy desesperada.
Anotan
mi
denuncia,
sorbe
su café
sonríe
imagen
cruel
vuelvo
cansada al asfalto
a
seguir buscando mi arco iris en el gris cielo,
a
seguir buscando a mi hija.
Epílogo
Araceli desapareció hace 11 días. En la
tele y diarios nos anestesian con boludeces. Como ella miles de jóvenes y niñas
desaparecieron/desaparecen. 7 días después de sucedido fue noticia. La melancólica
desesperación transita las calles argentinas a sus ojos. Cada puerta es una
tumba. Hubo que esperar 48 horas, críticas, cínicas, agónicas. Si crees ver a
alguno de los miles de sin nombre mediático no esperes a ver su espíritu como
una banshee recorriendo las calles.
Subite los pantalones y denúncialo.
Si tienen información sobre cualquier caso de cualquier persona desaparecida en Argentina en los últimos años contacten a: